Los consumidores están adoptando estilos de vida limpios y minimalistas donde la moderación y la integridad son clave. Los grupos etarios educados de entre 20 a 29 años constituyen una nueva generación de consumidores “íntegros” que ha crecido conociendo lo que significa una recesión profunda, el terrorismo y los problemas políticos y tiene una visión más amplia del mundo que la de las generaciones anteriores.
Decir no…
Los consumidores influenciados por la tendencia de una vida limpia tienen fuertes creencias e ideales. Son menos tolerantes y más escépticos. Sienten que pueden hacer una diferencia, lo que influye en sus decisiones de compra. Esto significa decir “no” una mayor cantidad de veces: no al alcohol, no a hábitos de vida poco saludables, no a productos de origen animal y cada vez más no al gasto desmedido o no informado. Su necesidad de impresionar se basa cada vez más en poder compartir experiencias vividas que en ser dueños de cosas.
Los consumidores que quieren una vida limpia prefieren quedarse en casa y relajarse en lugar de ir a un club nocturno. Una noche de club nocturno es costosa, de corta duración y no particularmente saludable o segura. Estos consumidores prefieren gastar su dinero en experiencias, como fines de semana fuera de la ciudad, festivales y restaurantes, donde pueden conversar con amigos o participar en alternativas sociales más saludables como reuniones deportivas, que van desde el yoga hasta ejercicios de mayor intensidad.
Aquellos que optan por una vida limpia están dándole la espalda a las drogas recreativas, absteniéndose de beber o reduciendo su ingesta de alcohol, volviéndose más minimalistas en sus opciones de gasto y aumentando su determinación a llevar vidas responsables. El movimiento vegano ya se encuentra en plena marcha y el 2018 verá un impulso aun mayor de parte de los defensores de la vida limpia para erradicar los productos de origen animal de todas las áreas de sus vidas. Los defensores de la vida limpia son estrictos en sus opciones de abstención, ya sea en su veganismo, en evitar el alcohol o cualquier otra opción de estilo de vida, pero son influenciadores por lo que esta tendencia se extenderá a otros.
Respondiendo a una vida limpia
Estas actitudes y preferencias son elementos perturbadores de los negocios. La abstinencia, conjuntamente con la necesidad de controlar la imagen y forma corporal, está cambiando los panoramas de socialización. Eventos como festivales libres de alcohol, eventos matutinos, de meditación colectiva y clubes nocturnos de ejercicio, muestran un sólido crecimiento. Un ejemplo es el Daybreaker, que se inició en 2013 en una cafetería en Brooklyn, a raíz de las experiencias negativas de un grupo de amigos defensores de la vida limpia en clubes nocturnos. Este club promueve eventos matutinos para hacer ejercicios libres de alcohol, como el yoga y sesiones de baile en lugares abandonados. Se han conectado tan bien con la creciente generación de consumidores que desean una vida limpia, que ahora está operando en todo EEUU y expandiéndose rápidamente en todo el mundo, incluyendo el Reino Unido y Hong Kong.
Con la sobriedad en alza, existe frustración con respecto a la pobre oferta de opciones de bebidas no alcohólicas o con poco contenido de alcohol, como las carbonatadas y jugos tradicionales, especialmente para una audiencia cada vez más sofisticada. La adquisición de Seedlip por parte de Diageo, la primera empresa de bebidas destiladas no alcohólicas y el lanzamiento de una cerveza no alcohólica por parte de la holandesa Heineken, demuestran que las principales empresas están viendo la importancia de la tendencia hacia una vida limpia y desean ingresar a este espacio. Todo esto se suma a un entorno de crecimiento global en las ventas de cerveza sin alcohol.
Para obtener más información, descargue nuestro informe sobre 10 principales tendencias globales de consumo para 2018.